DOCUMENTO PREVIO 1:
CARTA DE LOS MOVIMIENTOS
DE BELÉM DO PARÁ, 2009
(PRINCIPIOS DE LA ARTICULACIÓN DE
MOVIMIENTOS AL ALBA)
PLENARIA
NACIONAL DEL CAPÍTULO PERÚ DE LA
ARTICULACIÓN CONTINENTAL DE LOS MOVIMIENTOS HACIA EL ALBA
SÁBADO
22 DE FEBRERO, LIMA
“POR
LA PATRIA GRANDE EN EL MILENIO DE LA DERROTA DEL CAPITALISMO, CON EL LEGADO DEL TAHUANTINSUYO, SIMÓN BOLÍVAR, JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI, LA
REVOLUCIÓN CUBANA, EL MOVIMIENTO ZAPATISTA Y EL PRESIDENTE HUGO CHÁVEZ”
"CARTA DE LOS MOVIMIENTOS
SOCIALES DE LAS AMÉRICAS"
Construyendo la integración desde abajo de los
pueblos. Impulsando el ALBA y la solidaridad de los pueblos, frente al proyecto
del imperialismo.
1. El capitalismo ha entrado en una crisis profunda, que intenta descargar sobre nuestros pueblos.
El capitalismo central está sacudido por una
crisis estructural, que cuestiona los paradigmas difundidos por el
neoliberalismo, y que promueve su propia deslegitimación. Es una crisis del
sistema, que genera sobreproducción de mercancías, sobreacumulación de
capitales, y como contracara, el incremento brutal de la pobreza, la
desigualdad, la explotación y exclusión de los pueblos, y el saqueo,
contaminación y destrucción de la naturaleza.
Los capitalistas pretenden descargar con mayor
violencia su crisis sobre los trabajadores y trabajadoras, sobre los excluidos
y excluidas, socializando las pérdidas, socorriendo a los banqueros y
subsidiando a las grandes empresas trasnacionales con los fondos públicos. Al
mismo tiempo se agravan las políticas que en estos años de globalización
mundial, han desarrollado un silencioso genocidio de nuestras comunidades
originarias, han promovido la precarización de miles de hombres y mujeres
-especialmente jóvenes y ancian@s-, arrasando con los derechos humanos, laborales,
sociales, destruyendo las posibilidades de acceso a la educación, la salud, la
tierra, el trabajo, la vivienda.
No es necesario describir las múltiples
consecuencias sobre la vida cotidiana de los pueblos de la ofensiva de las
corporaciones trasnacionales, que avanzaron en la recolonización de América
Latina, considerada por las mismas como un gran botín para sus negocios.
Denunciamos en distintos foros internacionales y nacionales que nuestras
enormes riquezas naturales, y la creatividad cultural de nuestras comunidades,
están siendo arrasadas en nombre del “progreso”, la “civilización”, y el
“desarrollo” capitalista.
Las fuerzas del capital trasnacional y de los
grandes grupos económicos locales -expresados por ejemplo en las denominadas
multilatinas-, asociadas a una parte considerable de los gobiernos de la
región, bajo el mando de la hegemonía norteamericana, desarrollan su ofensiva,
y hoy promueven variaciones del ALCA, a través de los TLCs con EE.UU. y Europa.
Estas políticas han empujado a la desaparición de poblaciones completas,
arrasadas por los megaproyectos de las industrias extractivas y
agroexportadoras, y han condenado a los pueblos a una difícil sobrevivencia,
asfixiándonos con una deuda externa ilegítima y usurera, desconociendo la
soberanía popular y la soberanía nacional. Proyectos e iniciativas como la
IIIRSA (Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana),
esconden tras el desarrollo de interconexiones en infraestructura, la
apropiación trasnacional de los bienes de la naturaleza. Para imponer esta
lógica, el capital refuerza la violencia y el control militar, promoviendo
guerras, invasiones, agresiones, así como el establecimiento de bases
militares, de ejercicios militares conjuntos, y la criminalización de los
movimientos populares, la persecución de los líderes, así como el desalojo de
poblaciones completas. Utilizan intensamente a los medios de comunicación de
masas para manipular el consenso de la opinión pública a las políticas
represivas, a la penalización judicial, e incluso los asesinatos de luchadores
y luchadoras populares. Con conceptos como los de “ordenamiento territorial”, o
“seguridad democrática”, se utiliza la matriz de pobreza y exclusión de
nuestras sociedades, para el reclutamiento de ejércitos de civiles, y la
manipulación de las comunidades con un sentido contrainsurgente. Es en este
contexto que EE.UU. activó la IV Flota, como amenaza para los procesos sociales
transformadores en el continente, y que en muchos de nuestros países los
gobiernos y parlamentos copian los paquetes de leyes “antiterroristas” que
utilizan para combatir a los pueblos. Esta crisis representa una enorme amenaza
para nuestros pueblos, pero también vemos en ella una nueva oportunidad para
promover alternativas populares al sistema, avanzando hacia un cambio
estructural, cuya vigencia y viabilidad se vuelven incontestables.
2. Un proyecto de vida de los pueblos, frente al proyecto del imperialismo
Los movimientos populares percibimos que el continente está atravesando un nuevo momento político y social, en el que se ha expresado de diferentes maneras, a través de puebladas, manifestaciones multitudinarias, elecciones locales y nacionales, luchas políticas y sociales, el cansancio frente a las políticas neoliberales.
Los movimientos sociales estamos en una nueva
fase de estas luchas, en el marco de un largo período de transición,
recomposición y acumulación de fuerzas, de confrontaciones con el capital, de
construcción de nuestras organizaciones, y de formación de militantes con
capacidad para asumir los nuevos desafíos.
En esta fase vamos intensificando las acciones
de resistencia, pero también las experiencias alternativas, de poder popular,
de ejercicio de soberanía, e incluso de relación con algunos gobiernos que
expresan -de manera contradictoria- los intereses de las mayorías.
Los movimientos populares enfrentamos las
dificultades que surgen de varias décadas de exterminio de nuestra población y
de nuestras organizaciones, y las debilidades que surgen de la confusión social
sembrada por el neoliberalismo, a través de sus poderosos medios de
incomunicación y manipulación de la opinión pública mundial, de sus políticas
educativas monitoreadas por el Banco Mundial, de sus políticas de control
social y domesticación, a través del asistencialismo, realizado como forma de
reproducción de la exclusión, de la propagación de formas de religiosidad
alienantes, de la criminalización de la pobreza, y de la judicialización y
represión de la protesta social. Es necesario construir colectivamente un
proyecto popular de integración latinoamericana, que replantee el concepto de
“desarrollo”, sobre la base de la defensa de los bienes comunes de la
naturaleza y de la vida, que avance hacia la creación de un modelo
civilizatorio alternativo al proyecto depredador del capitalismo, que asegure
la soberanía latinoamericana frente a las políticas de saqueo del imperialismo
y de las trasnacionales, y que asuma el conjunto de las dimensiones
emancipatorias, enfrentando las múltiples opresiones generadas por la
explotación capitalista, la dominación colonial, y el patriarcado, que refuerza
la opresión sobre las mujeres. Los movimientos populares defendemos un proyecto
de vida, frente al proyecto de muerte, en el que la producción no sea
destrucción, sino parte de un proceso creativo, sustentable y con justicia
social. Estamos planteando la necesidad de poner en debate un nuevo ideal de
vida frente al neoliberalismo y a las órdenes del capital trasnacional y su
mando único, que siembra la muerte en guerras, invasiones, y el avasallamiento
de la soberanía de los pueblos y de las naciones en todos los continentes.
3. Nuestros principios
La integración de nuestros pueblos, desde abajo, partiendo de los movimientos populares, e inspirados en las batallas anticoloniales, anticapitalistas, antipatriarcales y antiimperialistas, que desde más de 500 años vienen librándose en estas tierras, tiene como principios fundamentales:
- La solidaridad permanente entre los pueblos,
a través de acciones concretas, frente a cada una de las luchas contra la
dominación del capital, y contra todas las formas de opresión y dominación.
- El respeto a la autodeterminación de los
pueblos, a la soberanía nacional y popular.
- La defensa irrestricta de la soberanía en
todos los órdenes: política, económica, social, cultural, territorial,
alimentaria, energética.
- La integración tecnológica y productiva, de
acuerdo con un modelo sustentable, al servicio de los pueblos.
- La soberanía de las mujeres sobre sus
cuerpos y sobre sus vidas.
- La formación política de nuestros
movimientos populares y de nuestros pueblos, para volvernos sujetos concientes
en la creación histórica.
- La unidad dentro de la diversidad cultural,
social, y el respeto a las diferentes opciones sexuales que se expresan en
nuestro continente.
- La defensa de los derechos de los pueblos
indígenas sobre sus tierras y territorios. La demanda a los Estados de la
regularización con certeza jurídica de esas tierras en favor de las comunidades
y pueblos indígenas.
- La defensa del reconocimiento por parte de
los Estados, de derechos elementales de los pueblos indígenas, como formas de
organización propia, estructura organizacional, autoridades ancestrales,
sistemas jurídicos propios de los pueblos, etc.
- La inclusión social de la subjetividad de
los pueblos negros de las Américas.
- La defensa de los derechos humanos de los y
las migrantes.
- La defensa de la identidad, la cultura, y el
respeto por las formas propias de inclusión de la subjetividad de los pueblos
negros de las Américas.
- La plena autonomía de los movimientos
populares para definir sus objetivos, sus formas de organización y de lucha.
- La recreación de un nuevo internacionalismo
de pueblos en lucha, a través de una auténtica perspectiva de integración
popular que sea plural, horizontal, con una clara definición ideológica
antineoliberal, anticapitalista, antipatriarcal y antiimperialista.
4. Nuestros objetivos
Este proceso de integración de movimientos y organizaciones sociales, impulsa los principios del ALBA, y a su vez quiere promover diversos mecanismos y potencialidades que ofrece el ALBA, para potenciar la integración latinoamericana desde los pueblos.
Son nuestros objetivos:
- El rechazo a las políticas, planes y leyes
mineras, de hidrocarburos, agronegocios, agrocombustibles, megaproyectos, a las
iniciativas de infraestructura del IIRSA, que destruyen a las comunidades,
desconocen sus derechos fundamentales, eliminan la diversidad cultural,
destruyen los ecosistemas y el ambiente.
- La denuncia del modelo de agricultura de las
trasnacionales, que se apropian de la naturaleza, y transforman los alimentos
en mercancías, y la propuesta de apoyar un modelo de agricultura popular,
campesina, indígena, promoviendo la reforma agraria integral.
- El repudio al pago de las deudas ilegítimas
y el reimpulso a la lucha continental contra el pago de la deuda externa.
- La lucha por la anulación de los tratados de
libre comercio con Estados Unidos y Europa, como el TLCAN, con Centroamérica,
Chile, Perú; y por la no aprobación del tratado con Colombia.
- La defensa del derecho de las comunidades y
habitantes, por el derecho a la vivienda, la tierra, y por “cero desalojos”.
- Toda la propiedad tiene que tener una
función social colectiva.
- La defensa de los derechos de los
desplazados y desplazadas a regresar a sus tierras, y a tener acceso a todos
los derechos humanos y a condiciones de vida digna en donde se encuentren.
- La denuncia del papel de las instituciones
financieras internacionales, como instrumentos del capital.
- La denuncia del manejo que hace el sistema
capitalista de situaciones como el cambio climático, la crisis alimentaria,
energética, para promover la privatización y mercantilización de la naturaleza,
e imponer la liberalización del comercio dando mayor poder a las
trasnacionales.
- La defensa de nuestros territorios, contra
la mercantilización y privatización de la naturaleza.
- La defensa del derecho al trabajo, el
enfrentamiento a todas las medidas neoliberales de flexibilización y
precarización laboral, de deterioro del salario.
- La promoción en todos los espacios de la
paridad de género, y la lucha contra la violencia hacia las mujeres, así como
por la posibilidad de decidir sobre sus propias vidas.
- La erradicación de las diferentes formas de
trabajo esclavo.
- La denuncia de la explotación del trabajo
infantil, y la lucha por su erradicación.
5. Nuestras prioridades
En esta primer etapa de creación de una
integración popular, analizamos como prioridades:
- Elevar la movilización de masas contra el
capital trasnacional y los gobiernos que actúan como cómplices del saqueo. Es
la movilización de masas la que creará la fuerza necesaria para promover
transformaciones populares.
- Elevar el nivel cultural y educacional, y la
conciencia de la población.
- Avanzar en la formación política de l@s
militantes populares. Promover procesos de formación política de masas, e
impulsar el trabajo de educación popular en las bases.
- Promover un debate profundo sobre el modelo
de desarrollo capitalista, y sobre la necesidad de generar modelos alternativos
en todos los planos.
- Promover una batalla continental por la
reforma agraria, contra el uso de las semillas transgénicas, los
agrocombustibles industriales, y el agronegocio en todas sus fases.
- Visibilizar el aporte del trabajo no
remunerado de las mujeres a la economía, e incorporar esa mirada en las luchas
y propuestas políticas sobre la migración, la soberanía alimentaria y el modelo
de desarrollo.
- Desarrollar acciones prácticas de
solidaridad antiimperialista: frente a la represión, la militarización, tal
como se manifiesta en nuestro continente, a través por ejemplo de la implementación
del Plan Colombia, y de la ocupación de Haití por tropas de países
latinoamericanos, contra las bases militares norteamericanas en el continente,
la criminalización de los movimientos sociales, la lucha por la libertad de l@s
pres@s políticos.
- Impedir y rechazar los asesinatos y
desapariciones forzadas de líderes sociales y populares, y de sus allegados.
Que pare el método de imponer el lucro del gran capital y del latifundio, con
sangre del pueblo.
- Defender la libre circulación de las
personas en nuestro continente.
- Aportar a los planes de cooperación que
existen entre los gobiernos del ALBA, asegurando que beneficien a los sectores
más postergados de nuestros pueblos.
- Apoyar las iniciativas y desarrollar
acciones propias dirigidas a erradicar el analfabetismo en nuestro continente.
- Potenciar la comunicación entre los pueblos,
articulando sus redes existentes, y creando nuevas redes donde sea necesario.
- Aportar a que los y las jóvenes tengan un
espacio fundamental en este proyecto, participando desde sus propios objetivos,
intereses, conceptos y metodología de construcción.
- Promover la organización de los/as
trabajadores/as, impulsando prácticas que promuevan la democracia de base, y
una auténtica democracia sindical.
6. Metodología
Un tema fundamental, para respetar los
procesos colectivos de construcción de nuestra integración, es definir una
metodología que nos permita ir avanzando hacia ese objetivo. En tal sentido, la
propuesta que ponemos en discusión parte de:
- Promover procesos de integración popular en
nuestros países. Promover reuniones nacionales para construir una agenda mínima
de trabajo con esta Carta. Este proceso de integración, buscará contar con
mecanismos concretos de unificación de las luchas, que favorezcan la
participación de los movimientos y organizaciones sociales.
- Organizar un gran debate de los movimientos
sociales en todos los niveles, partiendo y priorizando el trabajo de base.
- Definir planes de acción muy concretos, que
apunten a un ejercicio práctico de búsqueda de soluciones concretas para las
necesidades cotidianas de vida de las poblaciones.
- Hacer un diagnóstico que nos permita
identificar a nuestras propias fuerzas, y definir el espacio estratégico que
sería necesario potenciar.
- Crear una pedagogía de construcción del
espacio común.
- Sostener y reafirmar la autonomía de los
movimientos populares en relación a los gobiernos. Desde esa autonomía
establecer una relación desde los movimientos, con los gobiernos que promueven
el ALBA.
- Organizar el intercambio y el conocimiento
directo de nuestras experiencias de construcción de poder popular, así como la
coordinación continental de las reivindicaciones y demandas de nuestros
movimientos territoriales, sindicales, culturales, campesinos, y de
comunicación popular.
7. Avanzar ahora
En el nuevo contexto latinoamericano, hay
numerosas oportunidades para ir gestando una nueva ofensiva de los pueblos.
Pero existen también muchas amenazas a los procesos en curso. No hay manera de
enfrentar las políticas del gran capital trasnacional y del imperialismo, desde
las resistencias dispersas de nuestros pueblos. No es posible tampoco delegar
los procesos de integración latinoamericana en los gobiernos (por más que éstos
tengan una responsabilidad indiscutible en promoverla). Lo que se avance desde
los gobiernos en esta dirección, será un estímulo a la creación de lazos de
cooperación solidarias, que apoyaremos y sostendremos como parte de las luchas
antiimperialistas. Pero es imprescindible estimular procesos de integración,
basados en un poder popular, creado desde las raíces mismas de la lucha
histórica de nuestro continente.
Y es necesario avanzar ahora, superando
sectarismos, cálculos estrechos, mezquindades. Es necesario avanzar ahora,
para que preparemos la plataforma de unidad que permita sostener y defender las
luchas, por una nueva gesta de independencia latinoamericana, de los pueblos y
para los pueblos, por una integración popular, por la vida, por la justicia,
por la paz, por la soberanía, por la identidad, por la igualdad, por la
libertad de América Latina, por una auténtica emancipación, que tenga en su
horizonte el socialismo.
CONVOCATORIA A LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE LAS
AMÉRICAS
Desde Belém, donde nos reunimos centenares de
movimientos sociales de todos los países de las Américas, que nos identificamos
con el proceso de construcción del ALBA, nos convocamos y nos comprometemos
para:
- En cada país
realizar plenarias nacionales, que generen colectivos unitarios de
construcción del ALBA.
- Promover un
gran encuentro continental de todos los movimientos, para el segundo
semestre del 2009, en camino a la articulación de los Movimientos Sociales
con el ALBA.
- Poner todas
nuestras energías para la Movilización Mundial Contra la Guerra y la
Crisis, en la semana del 28 al 4 de abril, reforzando el día 30 de marzo,
como día de movilización continental.
- Participar
activamente en las movilizaciones e intereses de los pueblos, en las
jornadas del 8 de marzo, 17 de abril, 1 de mayo y 12 de octubre, como
fechas históricas de nuestros pueblos.
- Seguir
impulsando la solidaridad concreta con los pueblos en lucha contra el
imperio, en Haití, Colombia, Cuba, Venezuela, Bolivia.
- Seguir impulsando las acciones concretas de construcción del ALBA, como los programas de ELAM, de alfabetización de adultos, los cursos latinos de la ENFF, el IALA, la Operación Milagro, etc.
“La unidad e integración de Nuestra América,
está en nuestro horizonte y es nuestro camino.”
Belém, 30 de enero del 2009
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